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Sin militares celosos de sus obligaciones y derechos, la disciplina militar no es virtud, es sumisión de esclavo romano.

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jueves, 13 de mayo de 2010

Operación Épsilon: para "aspirinos" nada más.


Hace una veintena de años, un grupo de militares nos preguntábamos en el seno de la Escuela de Oficiales Superiores del ET en Zaragoza: ¿qué es una orden? y cómo actuar cuando recibimos órdenes indebidas.

Uno de los oficiales, el que en voz alta hacía la pregunta al profesor, daba también la respuesta:

- Si consideras que estás recibiendo una orden indebida, pon una denuncia en un juzgado de guardia, con independencia de cualquier otro procedimiento administrativo al que tengas derecho.

Recordemos el 23F y la Sentencia del TS:
- No existe en el ordenamiento militar español el concepto de "obediencia debida".
- Existe la obligación de no obedecer órdenes que contravengan la legalidad, los derechos humanos y tratados suscritos por España.

Cuántas veces no hemos oído eso de autoridad que no abusa pierde prestigio...maldita la gracia de los graciosillos que repiten ese latiguillo para justificar su falta de profesionalidad, su hiperadaptación a sistemas en los que quien obedece nunca se equivoca.

Los militares hemos visto cómo la hiperadaptación no es propia de la Disciplina Militar, sino del servilismo de los esclavos romanos. La disciplina militar debe ser razonada, y así se define en las Reales Ordenanzas de 1976 recientemente actualizadas.

Los hiperadaptados son testigos de cómo han sido desalojados de los cuarteles, repartidos por el mundo, y a la vuelta al hogar han encontrado un candado en la puerta del Cuartel, un letrero de oferta de viviendas, o reestructurado para oficinas de administraciones locales, universitarias etc...

El militar ha sido apartado de la vida social de la nación, se le ha recluido en unas bases alejadas de la vida real, mientras su familia se encuentra cada vez más desestructurada.

La hiperadaptación del Militar, no es una virtud: es una servidumbre.

Si los militares tienen reconocida la obligación de no obedecer órdenes indebidas, y acudir a la Justicia cuando sospechen algo de ello ¿no van a ser menos los médicos, enfermeros y farmacéuticos?

Las autoridades sanitarias del Estado español, pretenden imponer a los sanitarios una obediencia debida, sin sostenimiento legal, y sin que la propia Administración del Estado cumpla con sus obligaciones administrativas a la hora de hacer cumplir sus arbitrarios caprichos.

Al obrar así los sanitarios se convierten en dos grupos: los colaboracionistas, y los objetores. Así al imponer de hecho normas no escritas que afectan al derecho a la vida, el pánico,  la incertidumbre o el premio dividen a los profesionales sanitarios.

A estos profesionales sanitarios nos dirigimos:
- Si os hiperadaptáis, os volvéis colaboracionistas con una política basada en una ideología que desprecia el valor a la vida cuando ésta es pequeña y vulnerable.

- Si intelectualmente os rebeláis dentro de derecho, con las herramientas que el propio Estado de Derecho nos da: estaréis haciendo que el Sistema Democrático funcione y se reestablezcan los equilibrios democráticos.

Las herramientas que tenemos son:
- Asociacionismo.
- Participación.
- Libertad de expresión y divulgación de ideas y transferencia de conocimientos científicos.
- Acceso a la información administrativa.
- Acceso a la Justicia.

NOTA:
"aspirinos" y  "pura sangre"  denominaciones con que  cariñosamente se diferencian en la Academia General Militar a los alumnos de las Armas y los de los Servicios, especialmente los sanitarios.

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