Un 30 por ciento de quienes la solicitan son repetidoras, lo que demuestra que no se está usando de modo excepcional, sino habitual”, por lo que la decisión adoptada para su libre dispensación, es científica y profesionalmente “insatisfactoria”, social y políticamente “incoherente” y sanitariamente “peligrosa”.
El secretario de la Comisión Central de Deontología de la OMC, Jacinto Bátiz, ha destacado cómo todas las cuestiones que afectan al principio y al final de la vida “nos ponen aprueba a los profesionales”. Por ello, en casos como el debate de la Píldora Anticonceptiva de Emergencia (PAE), la presidenta del Colegio de Médicos de Lérida, Rosa Mª Pérez, expuso que es este un debate que “ha entrado en la política sanitaria y social de manera firme” y a través de encuentros como los celebrados en el marco del “II Congreso de la Profesión Médica” se puede arrojar luz para saber cómo los médicos “debemos conducir estos temas”.
Tomás Casado, Vocal de la Comisión Central de Deontología de la OMC, alertó sobre los principales riesgos de la PAE, en especial el peligro de banalizar su consumo ya que “es exclusivamente de emergencia y debería ser siempre el médico quien valorase su administración”. En otro orden de cosas, expuso que en este caso “sí es admisible la objeción”, o que el concepto de madurez “está sujeto a muchas susceptibilidades”.
Por su parte, Marciano Sánchez Bayle, de la Federación de Asociaciones para la defensa de la sanidad pública (FADSP), fijó como principales problemas –entre otros- la falta de control sanitario y la utilización como anticonceptivo habitual. A este respecto, señaló que “un 30% de quienes la solicitan son repetidoras, lo que demuestra que no se está usando de modo excepcional, sino habitual”.
Como expuso en la reflexión preliminar Luis Ciprés, de la Comisión Central de Deontología de la OMC, “los datos aportados por las Comunidades Autónomas, así como las farmacias, en los últimos meses, ponen de manifiesto que las mujeres usuarias de la píldora reinciden en su uso, en muchos casos hasta 3 – 4 y más veces al mes. Este dato apoya la necesidad del control médico a través de la prescripción y de la atención primaria”.
También intervino en el debate, Francisco Parra, presidente del Colegio de Médicos de Albacete, y se coincidió en señalar que la PAE no está exenta de riesgos y que su uso repetido o frecuente aumenta los riesgos. Así, tras la votación de los representantes de la profesión médica, la mayoría se mostró de acuerdo en las siguientes conclusiones:
- El mecanismo de la PAE es tanto abortivo como anticonceptivo.
- Como medicamento su dispensación debe ser de obligada prescripción por el médico y gratuita en los centros de salud, tras el protocolo oportuno.
- Es una obligación, tanto legal como ética, recabar el consentimiento tras la oportuna información.
- Se está abusando de su utilización.
Por todo ello la decisión adoptada con respecto a la libre dispensación de la PAE es científica y profesionalmente “insatisfactoria”, social y políticamente “incoherente” y sanitariamente “peligrosa”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario