La reina Isabel de Inglaterra envía una numerosa flota a las costas de la Península para vengar el intento de la Armada Invencible, y ayudar al infante don Antonio, prior de Crato, en su campaña de secesión del reino de Portugal.
Con fecha 4 de mayo se acerca a La Coruña la flota, bajo las órdenes del célebre Dracke, con 120 bajeles; y bajo las órdenes de Enrique Norris un cuerpo de tropas de desembarco de 15.000 hombres.
Don Juan Pacheco, marqués de Cerralbo, era el gobernador de la Coruña, quien disponía para la defensa de 750 hombres, repartidos en siete compañías, desembarcadas de tres galeones, dos galeras y una urca; y otras cuatro compañías compuestas por gente de la ciudad y de los lugares inmediatos. En defensa de la ciudad la tropa y el paisanaje hubieron de sufrir los más apretados ataques del enemigo.
Las mujeres tomaron parte activa contra los ingleses cargando arcabuces y mosquetes para que el fuego no sufriera interrupción. Se distinguió sobre manera Mayor Fernández de la Cámara Pita (María Pita), que en un momento de peligro, el día 14 de mayo, supo levantar el ánimo de los defensores y decidir la derrota de los ingleses.
Esta mujer trataba de vengar a su marido, Gregorio Rocamunde, muerto días antes en la muralla por los ingleses. En esta ocasión, viendo que los asaltantes iban a penetrar por la brecha, guiados por un alférez que con una bandera en la mano, animaba a los suyos con la voz y el ejemplo, lanzose sobre él rápida, derribándole muerto a sus pies; arrebatándole la bandera la tremoló triunfante , con lo cual, reanimados los defensores, cobraron nuevos alientos, rechazando definitivamente al enemigo.
El nombre de María Pita pasó a la posteridad para orgullo de España. El rey Felipe II premió su hazaña otorgándole el empleo de Alférez con sueldo y grado, que hizo extensivo a todos sus descendientes.
Fuente:
***Carlos Marchante Alonso, Calendario Patriótico Militar.
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